jueves, 20 de mayo de 2010

Cerati pelea por su vida

Gustavo Cerati permanece internado en terapia intensiva con un coma inducido, asistido por un respirador artificial. Lo único que queda es esperar: recién mañana, cuando se cumplan 72 horas de la operación cerebral a la que fue sometido el martes, puede haber noticias sobre su evolución. Mientras tanto, todo es ansiedad y hermetismo en el Centro Médico Docente La Trinidad, donde Cerati fue ingresado el sábado.

La clínica está ubicada en el sudeste de la ciudad, en la urbanización -aquí barrio se les dice a las villas miseria- La Boyera. Se trata de dos grandes edificios enclavados entre los cerros de vegetación exhuberante que rodean a Caracas. El ex Soda Stereo está en el primer piso de la construcción más moderna: la entrada se asemeja a la de un shopping, con puertas vidriadas automáticas, cajeros automáticos y hasta un local de comida rápida. Lo único que indica que aquí está en juego la vida de uno de los ídolos musicales de América Latina son los grupitos de periodistas que esperan alguna señal desparramados por el estacionamiento, bajo el calor, la humedad y los mosquitos caraqueños. Hasta ahora no consiguieron demasiado: hay un solo parte médico diario, al mediodía, por pedido de los allegados de Cerati.

Aquí están su hermana menor, Laura; su manager, Fernando Travi; su asistente, Nicolás Bernaudo; Anita Alvarez de Toledo, corista de la banda; y el kinesiólogo Carlos Michel, que participó de la gira porque Cerati se estaba recuperando de la dislocación de un hombro. Llevan varias noches en vela, embarcados en una odisea que empezó el sábado. Se suponía que había motivos para festejar: el recital en el estadio de la Universidad Simón Bolívar era el último de la segunda etapa de la exitosa gira Fuerza Natural, que llevó a Cerati a Los Angeles, Acapulco, Miami, México DF, Lima, Medellín, Bogotá. Caracas (Venezuela) era la escala final, pero en camarines se sintió mal. Michel y un equipo de paramédicos lo asistieron pero, como tenía la presión alta con afasia y dificultad para mover el brazo y la pierna izquierdos, se decidió internarlo en La Trinidad, la clínica más cercana al estadio, donde lo sedaron para que pudiera descansar

El domingo hubo buenos indicios: aunque todavía no podía hablar bien, sí pudo levantarse y bañarse por sus propios medios. Parecía que estaba recuperándose, y por eso en un principio en su página oficial se habló de "isquemia transitoria cerebral". Pero el lunes volvió a subirle la presión y nuevamente mostró dificultades motrices: ya no se podía poner de pie. Después de varias juntas médicas, el martes se decidió operarlo para drenar la presión intracraneal, para lo cual se abrió una "ventana" en su cráneo. El diagnóstico era más alarmante que lo supuesto en un principio: Cerati había sufrido un accidente cerebro vascular (ACV), un bloqueo de un vaso sanguíneo que suministra sangre al cerebro.

La situación es grave, y el grupo que acompaña a Cerati está con el ánimo destrozado. Hubo rumores de que ayer iban a llegar desde Buenos Aires los hijos del cantante, Benito y Lisa (de 16 y 13 años), y, desde Londres, la modelo Chloé Bello, su novia, quien estuvo en gran parte de la gira. Pero nada fue confirmado. Los que sí se sumaron al grupo fueron Rafael Vila, de Sony Music, y Martín Larumbe, de Pop Art, empresa encargada del management del artista. A las 19.30, Larumbe salió a la puerta de La Trinidad a intentar calmar la ansiedad periodística. Rodeado por un enjambre de cámaras, dijo que había que remitirse al parte del mediodía y, ante las insistentes preguntas, se vio obligado a desmentir la muerte de Cerati. También transmitió el agradecimiento de Laura Cerati ("hace tres días que no duermo", se disculpó) a los medios y a todos los fans, "por la preocupación y el apoyo demostrados hasta el momento".

Justamente un rato antes había llegado al lugar Alex Goncalves, un locutor radial que a través de su programa en la radio local La Mega y de su cuenta en la red social Twitter organizó una vigilia el martes en la plaza Alfredo Sadel, de la residencial zona de Las Mercedes. "La idea es no venir aquí para no molestar a Gustavo ni a los demás pacientes internados", explicó. "Es el más grande de Latinoamérica, por eso nos juntamos a pedir por su pronto restablecimiento. Nos ha dado muchísimo arte y esperamos que siga dándonos mucho más". En sus manos traía varios regalos: cartas de fans y un poster que anunciaba un recital de Cerati en Caracas firmado con consignas de aliento de cientos de fans. "Marcaste pauta en mi vida y en el mundo", era una de las frases. Otra aseguraba: "Te veré volver. Saldrás de esto".

Fuente: http://www.clarin.com/diario/2010/05/20/um/m-02197832.htm

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