miércoles, 19 de mayo de 2010

Cerati y su Fuerza Natural (columna)

Elda Arroyo (@eldamarroyo)

Gustavo Adrián Cerati Clark no es un argentino común y corriente. Este porteño es, al lado de Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez, uno de los pilares del rock sudamericano.

Nacido en la ciudad de Buenos Aires en 1959, Cerati estaba destinado a ser una importante figura de la música en español, pues a los 12 años, casi a la misma edad que Sandro, descubrió su facilidad para la música en un recital escolar, desde entonces nunca dejaría los escenarios. Su padre le obsequió su primera guitarra e hizo de este instrumento un traductor de su genialidad.

Trabajando como agente de un laboratorio farmacéutico logró ingresar a la universidad para estudiar publicidad, donde conocería a Héctor Pedro Juan Bosio Bertolotti, mejor conocido como “Zeta”, la empatía entre ambos se dio gracias a la música, bajo la influencia de bandas como The Police, Queen y sobretodo The Cure.

La intención era formar una banda, la guitarra y el bajo ya estaban asignados, sólo faltaba una batería, es entonces cuando el novio de una hermana de Cerati, Charly Alberti, se integra bajo la consiga de prestar su cochera para que ahí ensayaran. Ese es el origen de Soda Stereo, una de las bandas más importantes que ha dado Latinoamérica y que por 15 años estuvo encabezada por Gustavo.

Tras la ruptura de Soda y como suele pasar, el vocalista suele destacar más que los otros, Gustavo no fue la excepción, pues con Bocanada (1999) se presentó en la escena internacional para reclamar su lugar como solista, aunque ya había dado indicios de que este sería su destino pues en 1992 editó, al lado del genio electrónico Daniel Melero, Colores Santos, y en 1993 Amor Amarillo.

Desde entonces Gustavo no hizo otra cosa que experimentar con la música apropiarse de ella y jugar con todo tipo de público para no encasillarse pero sí mantenerse fresco en la oferta, además de una película “muy experimental” encarnando a un médico. Todo eso le dio resultado porque tiene un gran talento, no sólo como compositor sino en cualidades vocales.

Su intensa adicción al cigarro (fumaba dos cajetillas diarias) comenzó a provocarle daños en la salud, pues en 2008 le fue diagnosticada una trombosis, que en su momento lo hizo recapitular que la vida de rockstar no es sencilla, que debía cuidarse pero eso no es sencillo para un músico.

Hoy, Gustavo enfrenta el reto más importante, una isquemia cerebral lo tiene luchando por su vida en una habitación del tercer piso del Centro Docente de La Trinidad, en Caracas, Venezuela, luego de llevar a la euforia a miles de personas que acudieron a recibir su Fuerza Natural.

La gravedad de su estado presume que podría no volver a ser el mismo, pero Gustavo Cerati Siempre es Hoy, porque Ahí Vamos y no hay Cosas Imposibles, sería un Crimen decirte Adiós, cuando has sido Uno entre 1000, no hay Bocanada, ni Desastre, porque Dios nos libre, tú naciste para esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario